A raíz de lo sucedido en Francia con el semanario Charle Hebdo deja sobre la mesa una discusión (repudiando de antemano cualquier forma de violencia y cualquier pérdida de vidas humanas) en cuanto a lo que es la libertad de expresión.
Para algunos la libertad de expresarse va encausada al simple hecho de "decir lo que quiera" pero cuando esto, se transgrede a un ejercicio de burla y ridiculización de elementos sensibles de una comunidad ya nos damos cuenta que se violenta la libertad de nuestro prójimo.
La caricatura satírica no debe perder su objetivo esencial y el motivo de su nacimiento a principios del siglo pasado cuando periodistas y críticos tenían en su lápiz el poder de poner al descubierto temas políticos y económicos que no eran mostrados al mundo; jamás se debe usar un lápiz para poner en ridículo las creencias o costumbres del otro.
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