Por lo menos es lo que se interpreta en América Latina: este fenómeno reciente en donde por medio de vías llamadas "democráticas" que cuentan con el aval de la región se logra perpetuar en el poder un mandatario. En los años 50 y 60 resultaba un poco más complicado porque se trataba de hacer un golpe de estado, enviar fuerza militar a las calles y manetenerse a través de una violencia sistemática y poco recatada; hoy en día eso permanece igual pero con la comodidad de contar con el aval de los países vecinos y del manejo que se perpetúan en el poder con la aprobación y elección popular.
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